Simplemente, disfruta del viaje.
Durante los viajes largos, la gente se duerme (menos el conductor, claro), discute por el mapa o por si fue aquella salida o es la siguiente (adultos, normalmente papá y mamá), mira por la ventanilla, distraído, mientras escucha música (Iván), juega con muñecas (Laura), y otras muchas cosas. Todo el mundo se distrae menos Ana, que es, en el fondo, la única que realmente disfruta del viaje. Ella también mira por la ventanilla, como Iván, pero si que atiende al paisaje que aparece y desaparece a gran velocidad ante sus ojos. Por lo que Ana sabe, pueden estar dirigiéndose hacia el fin del mundo o hacía el país perdido de los unicornios. O pueden estar yendo, simplemente, a la casa de sus abuelos, en Galicia. En el fondo la da igual. Ve una pradera enorme, con caballos y vacas. La entran ganas de saltar del coche, pero el cinturón la detiene. En el fondo, la basta con soñar. Sólo tiene 6 años.
Saludos. Alberto.
Me encanta el microrrelato. !!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarSinceramente, tienes mucho talento... ;)
No es mío; es de una alumna!!!!!!! Es bueno, casi me gusta más que los míos, jeje
ResponderEliminaralberto! No sabia de la existencia de este blog, definitivamente has cerrado el otro??
ResponderEliminarEs el mismo reconvertido a mi nuevo curro de bibliotecario!! Saludos.
ResponderEliminarYa ya si ya lo sé.. :P
ResponderEliminarEs de Patri. :)
Alberto, por qué no pones uno tuyo. ?
Patricia, eres un crack. Sigue asi. ¡Esta es mi niña.....!
ResponderEliminarLos míos están colgados en entradas un poco más abajo, hace una semana o diez días.
ResponderEliminaraaaa.¡! Jajajaja vale vale.. :)
ResponderEliminar